lunes, 30 de junio de 2014

EJERCICIO EXENTRICO PARA REDUCIR EL DOLOR SUBACROMIAL Y LA NECESIDAD DE CIRUGIA

El síndrome subacromial u hombro doloroso es un cuadro clínico que viene dominado por dolor en la zona del hombro y que a lo largo de la vida del paciente va variando en intensidad y en episodios. Se trata de la evolución de la tendinitis del supraespinoso desde el inicio hasta la rotura completa del tendón.

Estadio 1, comúnmente afecta a pacientes menores de 25 años, se describen por inflamación aguda, edema y hemorragia en del manguito rotador. 
Estadio 2,  por lo general  afecta a los pacientes de 25 a 40 años de edad, como un proceso continuado del estadio 1.El tendón del manguito rotador progresa a fibrosis y tendinitis.
Estadio 3, comúnmente afecta a los pacientes mayores de 40 años. A medida que avanza de esta lesión, puede llevar a una rotura mecánica del tendón del manguito rotador y a cambios en el arco  coracoacromial con osteofitosis a lo largo del acromion anterior y rotura tendinosa, pudiendo llegar hasta la artropatía de la rotura del manguito.

Es una patología que afecta a toda la población en general pero en el mundo del deporte es común en deportistas que trabajan levantando el brazo por encima de la cabeza  (lanzadores, nadadores), se produce una adducción forzada que afecta a la vascularización de la unión distal del manguito. No sólo se produce un rozamiento crónico del tendón supraespinoso y la bolsa subacromial contra el arco acromiocoracoideo, sino también una isquemia crónica de estos tendones. 

Causas intrínsecas :
  •       Vasculares, ya que el tendón del supraespinoso tiene una zona cerca de la inserción donde la llegada de flujo sanguíneo es muy crítica.
  •        Mecánicas, porque en elevación lateral y anterior del brazo sufren roce el tendón del supraespinoso y  la cabeza larga del bíceps, debido a que la cabeza del húmero las comprime contra el acromion.
  •        Degenerativas por osteofitos en el acromion
  •        Anatómicas debido a que la forma del acromion sea curva o en gancho en vez de plana.
  •        Traumáticas, por traumatismo directo.

Como causas extrínsecas destaca la alteración de la cinemática escapular (es decir, movimiento incorrecto del hombro) y la alteración postural.

Los síntomas son:
  • Dolor anterolateral (bajo el acromion)
  • Dolor en elevación lateral y anterior, y en rotación externa (se reproducen los síntomas sobre todo si movimiento rápido)
  • Dolor al cargar peso y al apoyarse sobre el lado afecto (compresión acromioclavicular).
  • Además suele referirse dolor nocturno y puede asociar implicación de la columna cervicodorsal y de musculatura periescapular (desequilibrio/rigidez).

En un estudio realizado por Björnsson Hallgren et al. Br J Sports . Med 2014, sobre un estudio realizado anteriormente en el que se realizo  un programa basado en ejercicios excéntricos para el tratamiento del dolor subacromial y que se encontró efectivo a los 3 meses de seguimiento. Los objetivos del presente estudio fueron investigar si se mantuvieron los resultados después de 1 año y si la puntuación de Constant-Murley , el estado del manguito rotador y los hallazgos radiológicos influyeron en el resultado.

97 pacientes en lista de espera para la descompresión subacromial artroscópica habían sido asignados al azar a un programa de ejercicio específico o ejercicios inespecíficos (controles). Después de 3 meses de ejercicios, se preguntó a los pacientes si todavía querían la cirugía y esta opción estaba disponible hasta un 1 año de seguimiento. 1 año después de la inclusión o de 1 año después de la cirugía, se comparó el número de pacientes que decidieron tener la cirugía en cada grupo. La elección de la cirugía se relacionó con la puntación de línea de base Constant-Murley, la ecografía y las radiografías tomadas en la inclusión.

Todos los pacientes habían mejorado de forma significativa (p <0,0001) en la puntuación de Constant-Murley al año de seguimiento. Significativamente más pacientes en el grupo de control decidió someterse a cirugía (63%) que aquellos en el grupo de ejercicio específico (24%, p <0,0001). Los pacientes que decidieron tener  cirugía tuvieron una puntuación significativamente más baja de línea de base Constant-Murley y con más frecuencia un desgarro  total. Los pacientes con desgarros parciales no difieren de aquellos con los tendones intactos.Los resultados positivos a corto plazo de ejercicios específicos se mantuvieron después de 1 año, y esta estrategia de ejercicio reduce la necesidad de cirugía.


Como podemos ver a veces un protocolo de ejercicios bien realizado puede ser mejor opción que la cirugía, aunque no está claro si es el único tratamiento que se recibió, o si se utilizaron otras técnicas, lo que si que es seguro es que un buen tratamiento, en el que se incluya el ejercicio excéntrico junto con una reeducación del gesto  puede ser efectivo para trabajar sobre esta patología tanto a corto como a largo plazo. Sera interesante seguir de cerca este tema ya que nos enfrentamos a una patología muy frecuente y que genera un gasto bastante alto a la sanidad pública.

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