El método de entrenamiento HIIT al que ya hicimos referencia
en un post anterior (HIIT. ENTRENAMIENTO INTERVALICO DE ALTA INTENSIDAD) y en
el que mencionábamos su efectividad a la hora de mejorar la resistencia como la
quema de grasas es un método que consiste en intercalar periodos de ejercicio
de alta intensidad con periodos de descanso a baja intensidad.
Ouerghi y colaboradres
Open Access J Sports Med. 2014.
han realizado recientemente un estudio con 24 sujetos de sexo
masculino de entre 21 a 26 años, divididos en tres grupos: un grupo
experimental 1 (GE1, n = 8) que comprende futbolistas que se ejercitaron en su
entrenamiento habitual, además de con un HIIT corto regular de dos veces por
semana durante 12 semanas; otro grupo experimental 2 (GE2, n = 8) que
comprende futbolistas que se ejercitaron
en un programa de entrenamiento de fútbol regular; y un grupo control (GC,
n = 8) que comprende sujetos no
entrenados que no practican actividad física regular. Se midió la velocidad
aeróbica máxima y consumo máximo de oxígeno, junto con los lípidos plasmáticos antes y después de 6 semanas y 12 semanas del
programa de entrenamiento correspondiente.
En comparación con los valores basales, consumo máximo de
oxígeno aumento significativamente en EG1 (de 53,3 ± 4,0 ml / min / kg a 54,8 ±
3,0 ml / min / kg a las 6 semanas [P <0,05] y 57,0 ± 3,2 ml / min / kg a las
12 semanas [P <0,001]). El consumo máximo de oxígeno se incrementó sólo
después de 12 semanas en el GE2 (de 52,8 ± 2,7 ml / min / kg a 54,2 ± 2,6 ml /
min / kg, [p <0,05]), pero se mantienen sin cambios en CG. Después de
12 semanas de entrenamiento el consumo máximo de oxígeno fue significativamente
mayor en EG1 que en EG2 (P <0,05). Durante el entrenamiento, no se
produjeron cambios significativos en los lípidos plasmáticos, sin embargo,
después de 12 semanas, el total de los
niveles de colesterol de lipoproteína de baja densidad se había reducido
(alrededor de un 2%) en EG1 pero aumentó en CG. Los niveles de colesterol
de lipoproteínas de alta densidad aumentaron en EG1 y EG2, pero disminuyeron en
CG, los triglicéridos plasmáticos disminuyeron en un 8% en EG1 y aumentaron en
un 4% en el GC.
Se pudo ver que después de 12 semanas con este tipo de
entrenamiento mejoraron la capacidad aeróbica, además de producir cambios
aunque no fueran significativos en el perfil lipidico.
Como podemos ver puede ser interesante incluir este tipo de
entrenamiento en sujetos entrenados para mejorar diferentes parámetros fisiológicos
orientados a la mejora de rendimiento, siempre teniendo en cuenta la correcta realización
de estos incluidos dentro de un programa de entrenamiento más completo y
dirigido por profesionales cualificados.
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