jueves, 10 de abril de 2014

EFECTIVIDAD DE LOS PROGRAMAS DE PREVENCION DE LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR

La lesión del ligamento cruzado anterior es una de las mas temidas por todos los deportistas, debido sobre todo por sus plazos de recuperación que están en una media de unos 6 meses, lo cual puede hacer que un deportista llegue a perderse una temporada completa.
Por ello es muy importante hacer un buen trabajo preventivo, que aunque no garantiza que esta no pueda llegar a pasar, si que reducirá su probabilidad. 





Lo mas importante antes de comenzar es tener  un  historial completo con antecedentes lesivos así como una buena valoración del deportista, en la que analizaremos posibles desalineaciones, desequilibrios musculares, rangos articulares...

En el trabajo de prevención de esta lesión tenemos 3 pilares fundamentales:

  1.  Fortalecimiento: Lograr una estructura fuerte y estable alrededor de la articulación, potenciando la musculatura relacionada con ella y acorde a las exigencias del deporte: Cuádriceps, Isquiotibiales, Abductores, Aductores, así como el resto de musculatura ya intervenga directa o indirectamente.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      
  2. Equilibrio y propiocepción: imprescindible para lograr la estabilidad no solo de la articulación, sino de todo el cuerpo en general.                                                                  

                                                        
  3. Flexibilidad: Mantener el rango de flexibilidad necesario para cada disciplina deportiva, para evitar rigideces y compensaciones que puedan derivar de estas al realizar el movimiento.                                                                                                                                                                  

Todo esto es fundamental, pero también hay que tener en cuenta que cada deporte tiene unas exigencias y un trabajo especifico que tenemos que realizar, habrá que tomar en cuenta las solicitaciones principales de que grupos musculares provienen y por tanto que musculatura puede trabajar mas, realizar un correcto trabajo de potenciación de la musculatura agonista, potenciar la fase tanto concéntrica como excéntrica del antagonista para que sea capaz de contrarrestar el movimiento principal, trabajo de sinergistas, optimización del gesto deportivo... Por otro lado adaptar las situaciones de desequilibrio y estabilidad a cada disciplina con las solicitaciones que esta nos pueda requerir, intentando transferir al máximo una posible situación real, pero siempre en unas condiciones de seguridad. Adaptar la flexibilidad a la disciplina practicada, pero cuidado con los ROM demasiado amplios que también pueden ser contraproducentes.

Tras analizar un poco la base científica encontramos algunas revisiones:

Sadoghi et al J Bone Joint Surg Am. 2012 en una revisión sistemática en la que se incluyeron 8 artículos que cumplían los requisitos concluyo que este estudio produjo una fuerte evidencia en apoyo de un efecto significativo de los programas de prevención de lesiones del LCA. Las estimaciones combinadas sugieren un efecto beneficioso sustancial de los programas de prevención del LCA, con una reducción del 52% en el riesgo de una ruptura del LCA en atletas femeninas, y una reducción del 85% en los atletas masculinos. Aunque la literatura actual se encontró que era de calidad media, los análisis de sensibilidad sugiere que los resultados son robustos. Sin embargo, no fueron capaces de recomendar un tipo específico de programa de prevención sobre la base de la evidencia actual publicada.

Segun Michaelidis y Koumantakis Phys Ther Sport  2013 en una revisión sistemática cuyo objetivo fue analizar los efectos de los programas de prevención de lesiones del LCA en las tasas de lesiones en atletas de sexo femenino entre  diferentes deportes ,13 estudios cumplieron los criterios de inclusión. Tres programas de formación en el fútbol y uno en el balonmano llevaron a la reducción de la incidencia de lesión del LCA. En el baloncesto no se encontró ninguna intervención de entrenamiento eficaz. En el entrenamiento de la temporada fue más eficaz que la pretemporada en la prevención de lesiones del LCA. Una combinación de entrenamiento de fuerza, ejercicios pliométricos, entrenamiento del equilibrio, la supervisión técnica de retroalimentación, produjo los resultados más favorables. En algunos deportes dependientes de especificidad de formación,  pueden necesitar abordarse en estudios futuros, relacionados principalmente con la biomecánica individuales de cada deporte , y también su método más eficaz de aplicación.

Taylor et al Br J Sports Med 2013 en otra revisión sistemática y metaanalisis, se incluyeron 13 estudios para su revisión. Los resultados de los meta-análisis revelaron una reducción significativa de las lesiones después de los programas de formación de prevención para todas las lesiones del LCA. Si bien los programas de prevención del LCA tienen éxito en la reducción del riesgo de lesión del LCA, la combinación ideal y el énfasis de los componentes de formación dentro de estos programas sigue siendo poco clara. 


Está claro que todas coinciden en que un programa de prevención puede ser efectivo, aunque no que programa puede ser el especifico y mas adecuado, seguramente habrá ejercicios que puedan ser comunes a casi todas las disciplinas o al menos las que son mas susceptibles de sufrir esta lesión, pero hay que tener en cuenta la especificidad de cada deporte y dentro de esto intentar adaptar el programa de prevención lo mas posible a esa disciplina, para intentar minimizar al máximo la probabilidad de que aparezca esta temida lesión.

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