Entendemos como fatiga como la
imposibilidad de generar una fuerza requerida o deseada, precedida o no por un
ejercicio, es una situación de alarma del organismo, que busca prevenir la
realización de esfuerzos por encima de los límites actuales del deportista, tratando
de prevenir deterioros orgánicos irreversibles. En este sentido es la
disminución transitoria (reversible) de la capacidad de rendimiento que impide
que la actividad deportiva se realice con el volumen, la intensidad, la
coordinación o la precisión que la misma requiere.
En cuanto a la fatiga mental o
central existe un
fallo en la actividad neuronal, como
consecuencia de diferentes factores (metabólicos, psicológicos ...), que impide
la correcta actividad muscular,
ocasionando una menor producción de fuerza, esta incluye todas las situaciones que afecten y puedan comprometer el normal
funcionamiento de las neuronas corticales, motoneuronas, ramificaciones
nerviosas y la liberación de neurotransmisores.
Los factores que pueden influir
sobre esta son: motivación, alteración en la activación de la motoneurona
cortical, alteraciones metabólicas y alteración en los neurotransmisores.
En un artículo presentado
recientemente por Smith y cols. Med
Sci Sports Exerc. 2014 cuyo propósito fue el de investigar los
efectos de la fatiga mental en el rendimiento de carrera intermitente. Se
realizaron 2 ensayos que fueron separados por siete días y precedidos, en un
orden aleatorio, por 90 minutos de documentales
emocionalmente neutros (control) o la prueba de rendimiento continuo AX (AX-CPT, induce la fatiga mental). Calificaciones
subjetivas de la fatiga y vigor se midieron antes y después de estos
tratamientos, y la motivación se registró antes del protocolo de carrera
intermitente. Velocidad, la frecuencia cardíaca, el consumo de oxígeno, la
glucosa en sangre y las concentraciones de lactato, y el índice de esfuerzo
percibido (RPE) se midieron en todo el protocolo de carrera intermitente de 45
min. RPE de la sesión se registró 30 minutos después del protocolo de carrera
intermitente.
Las calificaciones subjetivas de
fatiga fueron mayores tras la AX-CPT (P = 0,005). Esta fatiga mental reduce
significativamente la velocidad a baja intensidad (1,28 ± 0,18 vs. 1,31 ± m⋅s 0,17 m⋅s; p =
0,037), mientras la carrera de alta intensidad y la velocidad pico no se vieron
afectados significativamente. La velocidad de carrera en todas las
intensidades se redujo significativamente con el tiempo en ambas condiciones (P
<0,001). El consumo de oxígeno fue significativamente inferior en la
condición de la fatiga mental (P = 0,007). Otras variables fisiológicas, el
vigor y la motivación no se vieron afectados significativamente. El RPE durante
el protocolo de carrera intermitente no fue significativamente diferente entre
las condiciones a pesar de una menor velocidad global en la condición de la
fatiga mental. El RPE en la sesión fue significativamente mayor en la condición
de la fatiga mental (P = 0,013).
Como conclusión tras este estudio
se dedujo que la fatiga mental afecta el rendimiento de carrera intermitente.
Este efecto negativo de la fatiga mental parecía estar mediado por una mayor
percepción de esfuerzo.
Podemos pensar que una preparación física correcta puede ser suficiente a la hora de afrontar diferentes pruebas deportivas, pero es importante también tener en cuenta los factores psicológicos, y como la carga tanto de trabajo, estudios, familia... que nos pueden someter a diferentes situaciones de estrés que pueden conllevar una fatiga central y una disminución de nuestro rendimiento, lo que nos puede llevar a no conseguir nuestras marcas u objetivos, o incluso producir lesiones.
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